El fabricante de electrónica Philips inició un afán altruista llevando su tecnología médica a centros comerciales de Argentina, Chile, Brasil y México e invitando a las mujeres embarazadas de la zona a recibir ultrasonidos tridimensionales.

Las imágenes quedaban capturadas y se enviaban por correo electrónico a la familia y amigos. A algunos les parecerá una campaña cínica de marketing. Pero tengamos en cuenta que la mayoría de las mujeres de estos países en vías de desarrollo nunca se hacen un ultrasonido y nunca han visto a sus propios bebes.

Estaban experimentando por primera vez algo que en Estados Unidos  damos por sentado. Por supuesto, Philips fue allí para vender su nueva tecnología y dar a conocer la marca, pero ¿Acaso no supuso un claro beneficio para esas mujeres latinoamericanas?

¿Y qué hay de la norma de los diez minutos del Commerce Bank? El horario de las oficinas de este banco de Nueva Jersey es de diete y media de la mañana a ocho de la tarde, siete días a la semana. De por sí, el banco proporciona un servicio adicional al estar abierto durante más horas que cualquier otro banco.

Pero además tiene la norma corporativa de abrir diez minutos antes por la mañana y no cerrar hasta diez minutos más tarde de la hora oficial de cierre.

Todos hemos experimentado la frustrante sensación de llegar al banco a última hora y que los empleados nos cierren en la cara cuando aún falta un minuto para la hora.

Algo tan sencillo como la norma de los diez minutos supone un claro beneficio para el consumidor.

Otro pequeño detalle que marca una gran diferencia en las sucursales del Commerce Bank (A las que la empresa denomina “tiendas” porque no les gusta pensar como banqueros) son las máquinas Penny Arcade de color rojo brillantes que hay en los vestíbulos de cada oficina.

Mientras otros bancos se están deshaciendo de sus máquinas de contar monedas o están cobrando a sus clientes por cambiarles monedas, el Commerce Bank ha invertido millones en instalar las Penny Arcade, que son de uso gratuito.

Cualquiera puede llegar y echar sus monedas en la máquina, que calcula la cantidad total e imprime un recibo que el cajero del banco devuelve cambiando al cliente. Un servicio de este tipo es claramente un beneficio para el cliente del banco, pero se trata de algo más que una simple comodidad.

El verdadero valor lo aporta el hecho de que la Penny Arcade es divertida. A los clientes les divierte ver llegar a un niño y romper su cerdito de ahorros. Los adolescentes llegan con los bolsillos llenos de monedas e intentan juntar unos cuantos dólares para el cine.

Y, por supuesto, cada vez que llega alguien con un frasco enorme de monedas, todos los presentes se acercan a la Penny Arcade e intentan adivinar cuánto dinero figurará en el recibo.

Es divertido y supone un beneficio único para el cliente, así como una forma  de diferenciarse de los formales y avariciosos bancos de la acera de enfrente. También sirve para atraer físicamente a posibles clientes.

En 2001 las máquinas Penny Arcade alcanzaron las 750 mil transacciones, con un total de 71,7 millones de dólares.

Cada año la empresa Lego lleva a cabo un evento navideño de beneficencia en centros comerciales. Junto a la tradicional recreación de la aldea de Papá Noel, Lego instala sus centros  “construye un adorno”.

Por una donación de un dólar, los niños pueden crear sus propios adornos navideños  con piezas Lego, que luego se etiquetan con sus nombres y se cuelgan de un enorme árbol de Navidad en el centro comercial.

La cadena de heladerías Ben & Jerry donó decenas de abrigos de invierno a indigentes en Ámsterdam. La empresa había realizado una donación a un grupo de monjas agustinas que se ocupaban de varios centros de acogida para indigentes en la ciudad.

Los hombres y mujeres sin techo se presentaron voluntarios para llevar los abrigos con publicidad para mostrar su agradecimiento a las monjas y a la empresa que les habían ayudado. Un enfoque muy diferente al de pagar a indigentes para que sujeten carteles que anuncian pizza.

 

Las empresas socialmente responsables se destacan no solo por sus productos o servicios, sino que ahora, se caracterizan por su apoyo a comunidades vulnerables.