¿QUÉ ES LA REGLA DE TRES EN MARKETING? Y COMO APLICARLO A TU NEGOCIO

El tres es un número mágico. Los grupos de tres elementos son recurrentes en la vida, la literatura y el marketing de producto: tres deseos, tres cerditos, tres planes de telefonía móvil.

Una tarea sencilla consta de tres pasos y una historia tiene tres partes básicas: principio, nudo y desenlace. Los escritores y los cómicos usan la regla de tres para crear listas cuyo último elemento es inesperado, como en “la vida, la libertad y la persecución de la felicidad” o “sexo, drogas y rock n’ roll”.

En cada una de estas frases, el último elemento rompe el patrón iniciado por los otros dos. Los diseñadores emplean estructuras de tres partes para construir historias e interacciones que sorprenden y generan satisfacción.

Por ejemplo, en temas de diseño de marca, la tendencia es generar tres propuestas de logotipo, tres propuestas de nombre comercial y tres propuestas de eslogan o píe de marca. Con el objetivo de que el cerebro humano digiera de forma mucho más eficiente la elección de uno.

Cuando veas una guía de tres pasos para descargarte una app o activar un producto, fíjate en si el número de pasos se corresponde de verdad con el proceso. A veces, el poder del tres enmascara un número mayor de tareas.

Dividir un proceso en tres pasos básicos transmite al usuario la idea de que una acción es fácil de aprender y rápida de completar: “preparados, listos, ya”.

Una secuencia de tres pasos (indicados con números o iconos bien grandes y visibles) describe un arco narrativo que se arma deprisa y proporciona una conclusión satisfactoria. 

Una división en cuatro pasos todavía puede resultar compacta y accesible; más de cuatro ya implica un proceso que requiere mayor esfuerzo.

Piensa en una receta de huevos revueltos. Si empiezas por describir cómo romper un huevo y sigues explicando a continuación cómo coger una sartén y cómo encender el fuego, la historia empezará a hacerse demasiado larga.

Por el contrario, si das por sentado, con sentido común, que la gente sabe ya algunas cosas relacionadas con la cocina y los huevos, puedes crear un sencillo algoritmo de tres pasos para el cocinero novato de huevos revueltos.

Hacer un suflé o construir una nave especial no es tan sencillo. A menudo, los diseñadores reúnen varias tareas pequeñas en otras más grandes para no abrumar a los usuarios.

Eso está bien siempre y cuando no crees confusión sobre los requisitos de cada tarea.

Además de ayudar a construir el arco narrativo básico de una historia, la regla de tres también puede ayudar a recordar  mejor las cosas.

Los escritores la emplean cuando construyen listas graciosas que terminan con una sorpresa  (“el carnicero, su mujer y su amante”).

Los diseñadores de información dividen  los números de teléfono y los de las tarjetas de crédito en tres o cuatro bloques para que sean más fáciles de memorizar.

Muchas obras de teatro se dividen en tres actos y muchos menús de restaurante constan de tres platos.

Las aplicaciones y los sitios web suelen dar tres opciones en los puntos clave de interacción con el usuario, como “inscribirse”, “entrar” o “preguntarme de nuevo más tarde”.

Para comprar cosas hace falta valor. Representar un proceso en tres pasos hace que este parezca indoloro  y muchos formularios digitales  ofrecen solo tres opciones. Según algunos estudios, cuando los consumidores se ven enfrentados a demasiadas opciones, tienen tendencia a no decantarse por ninguna.

El diseño de las condiciones bajo las cuales la gente toma decisiones se denomina arquitectura de opciones. Los usuarios tienden a elegir opciones por defecto, como las indicadas con cajas ya marcadas.

Por eso, los diseñadores y otros arquitectos de opciones deben considerar cuidadosamente las opciones por defecto que representan.

En el universo de las Agencias de Publicidad, destaca Consultoría Gráfica, precursora de la arquitectura de las opciones en el diseño de una marca, ya que después de realizar un exhaustivo análisis, le ofrece al cliente tres opciones, con el objetivo de dinamizar su conceptualización y dinamización de la marca.

 

En la conceptualización de una marca ya viene explicito todo el proceso del goce del mismo (haz tu pedido, se envía y se gestiona la marca). De ahí que Consultoría Gráfica sea el iniciador de esta fase en la arquitectura de marca. 

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