MASTERCARD Y SU CAMPAÑA DE ÉXITO, O CUANDO LAS MARCAS SE VULEVEN HUMANAS

Mastercard surgió en la década de 1940 y llegó a México en 1968 con la primera tarjeta de crédito del país y Latinoamérica denominada Bancomático.

Esta empresa de tecnología de la industria de pagos globales opera la red de procesamiento de pagos más rápida del mundo, conectando a consumidores, instituciones financieras, gobiernos y negocios en más de 210 páises y territorios.

Sus productos y soluciones de pago permiten que actividades como comprar, viajar, administrar un negocio y manejar finanzas sean fáciles, seguras y eficientes.

Sus desarrollos tecnológicos posibilitan que comunidades en desarrollo tengan acceso a servicios financieros y que usuarios en todo el mundo realicen transacciones online con dispositivos cada vez más seguros e intuitivos.

En 1997 lanzó la campaña que ha identificado a la marca durante más de dos décadas: Priceless, que pone a sus clientes en el centro para comunicarles que lo realmente valioso no se compra con dinero y que para todo lo demás está su producto financiero.

Se lanzó globalmente, pero con mensajes locales para cada uno de los mercados, logrando conectar de manera directa con tarjetahabientes que por parte de la competencia recibían comunicación más funcional y lejana; Priceless era honesta y fresca e invitaba a los consumidores a atesorar momentos, no objetos, algo bastante arriesgado para una marca de métodos de pago.

Se transmitió principalmente en medios tradicionales y cobro tal relevancia que se volvió viral aun antes de existir las redes sociales.

La más reciente evolución de la campaña se dio en 1997, con un llamado a la acción con Start Something Priceless, un nuevo eslogan publicitario, que ya no solo señala lo que no tiene precio, sino que pone a las audiencias como protagonistas y las invita a crear recuerdos memorables, conectar con otros y dejar huella en su mundo, comenzando algo que no tiene precio junto con Mastercard.

En Mastercard se pueden identificar algunas  cualidades de una marca centrada en el ser humano:

-Buena presencia física: Su imagen se renovó en 2016 con el fin de construir no solo un logotipo, sino un sistema de diseño gráfico para que la marca sea consiente en todos los puntos de contacto: desde los plásticos de la tarjeta de crédito, hasta audiovisuales, exteriores, activaciones y digital.

Para reflejar su disposición y optimismo sobre el futuro introdujo una evolución de su identidad de marca simplificada, modernizada y optimizada para su uso en contextos digitales.

-Nivel intelectual: Los valores que están en el centro de la fama denotan su nivel intelectual al regirse por la inclusión, innovación y seguridad:

* La inclusión es un pilar fundamental, pues tiene la responsabilidad de aprovechar su capacidad y dimensión para que aquellos segmentos no bancarizados puedan beneficiarse de la seguridad y conveniencia de su tecnología y conectividad.

* La innovación con propósito y respondiendo a las necesidades de los tarjetahabientes mantiene a la firma en evolución constante para eliminar posibles contratiempos en el momento de pago, asegurando la mejor experiencia para los usuarios, sea en el punto de venta físico o electrónico.

* La marca tiene como valor la obligación de estar en la punta de lanza fortaleciendo la seguridad e integridad de sus productos, tecnología y servicios para que todos quienes interactúan con Mastercard sean bancos, comercios, instituciones de gobierno o tarjetahabientes en todo el mundo, lo hagan con la tranquilidad y seguridad de estar protegidos.

- Sociabilidad: Mastercard utiliza la conversación a través de las redes sociales para detectar los intereses y  motivaciones de los titulares de tarjetas con el fin de diseñar una oferta de valor más relevante y significativo en sus términos, no los de la marca.

Así, asegura tener un rol significativo en la vida de las personas mientras que se mantiene fiel a su posicionamiento y a sus valores.

-Inteligencia emocional: Para buscar conexiones sentimentales e inspirar a sus clientes a iniciar algo que no tiene precio la marca tiene dos grandes programas:

1.- Priceless Cities, plataforma que ofrece experiencias originales en ciudades en los cinco continentes para invitar a los tarjetahabientes a salir de la rutina y a disfrutar de manera diferente, incluso de su propia ciudad.

Mastercard México fue el primero en diseñar una experiencia totalmente diferenciada que integra teatro, música, alta gastronomía y arte.

2.- Priceless Causes, iniciativa que cobra vida en acciones como Cashless Makeover, con la que se impulsa el crecimiento de pequeñas y medianas empresas al realizar una renovación integral del comercio y la implementación de pagos electrónicos con el fin de mantener y captar a nuevos clientes.

- Personalidad: La marca busca posicionarse con sus diferentes audiencias no desde el aspecto material de la compra, sino a través de lo que verdaderamente ofrece: la posibilidad de experiencias y momentos.

Busca la innovación con un propósito social: generar soluciones que ayuden a todas las personas a través de nuevos productos.

-Ética: Se rige por el eslogan “Hacer el bien, haciéndolo bien”, tanto en lo interno como en lo externo.

Ha sido reconocida durante tres años consecutivos entre las empresas más éticas por la organización Ethisphere.

En el ámbito de la cultura organizacional se preocupa por generar un lugar de trabajo en el que todos los colaboradores se sientan orgullosos y felices de trabajar ahí, como constata el reconocimiento otorgado por Best Places to Work en 2018.

Comprometidos en impulsar políticas y prácticas corporativas orientadas a generar la inclusión de las personas en diversas áreas, desarrolló una serie de programas para cumplir dicho objetivo: se trata de los grupos de recursos de negocios (Business Resource  Groups, por sus siglas en inglés, BRG), o redes de empleados, integrados por colaboradores de todos los niveles con el objetivo de impulsar su desarrollo profesional y humano.

En resumen, cada vez más las marcas están empezando a adoptar cualidades humanas para atraer a los consumidores en esta era en la que el centro de todo  es el ser humano.

Para ello hay que destapar las inquietudes y los deseos latentes de los consumidores a través de la escucha social, la netnografía o la investigación empática.

 

Para afrontar esas inquietudes y esos deseos eficazmente las empresas deben potenciar la faceta humana de sus marcas, que han de ser atractivas a nivel físico, intelectual, social y emocional, demostrando a la vez una gran amabilidad y una ética sólida. 

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