Los Juegos Olímpicos celebran el espíritu y los logros humanos y desafían a los atletas de todo el mundo a dar lo mejor de sí mismos. El festival trasciende los pormenores políticos de un mundo fraccionado para concentrarse en la humanidad que todos compartimos.

Cuatro mil millones de personas vieron los Juegos Olímpicos de 2004 a través de 300 canales diferentes. Los eventos se retransmitieron de forma simultánea a teléfonos móviles y páginas Web. Inactivos durante 1500 años, los juegos volvieron a la vida en 1913 de la mano del barón Pierre de Coubertin, que diseñó los cinco aros de color entrelazados que hoy en día son la marca de los Juegos Olímpicos.

Proceso y Estrategia: Los Juegos Olímpicos contribuyen a que el país anfitrión aumente su nivel de turismo, construya nuevas infraestructuras y muestre su marca a todo el mundo.

El país anfitrión obtiene derechos especiales para utilizar el logotipo Olímpico propiedad del Comité Olímpico Internacional. Desde siempre, cada país ha diseñado su propia marca y mascota para atraer la atención y el interés de los mercados, ayudar a vender productos y atraer patrocinadores corporativos.

Algunos países como China y Grecia, celebraron concursos públicos  que recibieron  miles de entradas. Las agencias de diseño gráfico son necesarias para asegurar que las identidades de los Juegos Olímpicos tengan la suficiente fuerza gráfica  y de que pueden reproducirse en miles de aplicaciones.

Los diseñadores también necesitan crear la apariencia y las sensaciones que suscitan los Juegos Olímpicos, los gráficos del entorno y cualquier otro elemento, desde las medallas a los iconos de los deportes  que aparecen en las pantallas interactivas.

Solución Creativa: Las mejores marcas olímpicas suscitan el orgullo,  expresan una diferenciación cultural  y resultan atractivas en la televisión y en los teléfonos móviles.

El desafío es capturar el espíritu de los Juegos Olímpicos y combinarlo con una cultura distintiva. Como sucede con otros iconos, los mejores son los que se elaboran a partir de una idea central.

El logotipo de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 es una rama de olivo, diseñado para expresar la herencia y el legado de los antiguos juegos en un color inspirado por el mar Egeo y el cielo de Grecia. El logotipo de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 se inspiró en los grabados de bambú de la antigua dinastía Han.

Resultados: La amplitud creciente y el alcance de los Juegos Olímpicos los han convertido en una fortísima plataforma para construir la marca de las ciudades y los países anfitriones, las corporaciones que los fundan y los atletas que aspiran a convertirse en celebridades.

Los símbolos de los Juegos Olímpicos se reproducen cientos de millones de veces en todo tipo de medios y originan sentimientos de orgullo y pertenencia. Estas identidades suelen lanzarse en un gran evento multimedia.

El desafío de cada una de las ediciones de los Juegos Olímpicos no es volver a dar énfasis a sus ideales originales sino formar parte de un proceso que los conduce a un nuevo futuro.