IMAGEN CORPORATIVA, EL SELLO DISTINTIVO DE TU NEGOCIO

El logotipo se ha configurado en un elemento de primera necesidad para un negocio. Sin esta parte la empresa simplemente no existe. La imagen corporativa viene a ser la parte medular,  o todo aquello que permite diferenciar e identificar un negocio del resto a nivel visual y conceptual.

Un logotipo es el resumen ejecutivo de todo lo que se quiera comunicar como empresa. En algunos casos se trata de una abstracción muy sofisticada de la marca. En realidad el logotipo aporta muy poco a la identidad, pero sí contribuye a la construcción del valor que distingue a la empresa en un aspecto de corroboración del nombre comercial, o como un sello equivalente a una firma.

En resumen, lo que nutre la memoria del mercado es la experiencia de la marca, justo lo que intenta sintetizar tu sello corporativo.

El logotipo no resuelve todo, aunque si lo tipifica: la finalidad es presentar un nombre e imagen para recordar. La ejecución de los elementos comprometidos en la operación del negocio construyen marca; el logotipo sólo la certifica, le da una referencia.

La inversión en tu logotipo como motor de la marca a largo plazo es posterior a la fundación de la empresa. Se da de modo paulatino y en sintonía con la evolución de la organización, sujeta a cambios conforme pasan los años, los éxitos y las líneas de negocio.  Además, existe algo a tener en cuenta: la marca es un argumento de venta por sí misma; si puedes prescindir de ella para cerrar negocios, entonces no tiene valor tu empresa.

Sin embargo, sí hay una exigencia de sensibilidad y gusto en materia visual al plantear tu logotipo y el resto de tu identidad gráfica-corporativa, en la cual encuentra correlación el sello distintivo de la marca.

Para elegir la plástica de tu negocio de modo estratégico, te recomendamos los siguientes cuatro pasos.

1.- Piensa bien el nombre. Regla básica: cuidado con poner tu apellido. A la larga, esto deriva en problemas de significado, significante y correlación con agentes externos que poco tienen que ver con tu visión y modelo de negocios, finalizando con una marca con profundos sesgos de error, confundiendo a tu público meta.

2.- Proporciona sentido polifónico.  El nombre comercial tiene que sonar a varias cosas, pero de manera entonada y con pregnancia.

3.- Busca el mínimo de elementos. Entre más distractores tenga tu logotipo (elementos gráficos), menos posibilidades tienes de conseguir que te recuerden por los detalles visuales que identifican tu negocio. Recuerda que menos es más.

4.- Consulta con un experto en diseño gráfico. Recuerda que los expertos han dedicado toda su vida a comprender gráficamente aquello que tú creaste en tu plan de negocios. Delega y aprende a escuchar sus sugerencias para aterrizar todas tus ideas en imágenes y campañas publicitarias.

 

De esta manera hay que ocuparse de todo lo que va a comunicar la marca, para que sea verdaderamente distintiva, original y memorable, coadyuvando a un rápido desempeño empresarial. 

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